sábado, 28 de febrero de 2009


Hazaña de un argentino en la lucha contra la ceguera en África
En Camerún, logró reducir casi el 80% de los casos de tracoma, una infección epidémica


Hasta el año último, en Kolofata, una región del norte de Camerún lindante con Chad y Nigeria, en la que habitan 118.617 personas, el 95% de las cuales son iletradas, uno de cada tres chicos sufría de tracoma, infección que se manifiesta inicialmente como una conjuntivitis, pero que sin tratamiento produce una grave irritación en los párpados, ulceraciones oculares y cicatrices que pueden conducir a la ceguera.

Hoy puede decirse que gracias a la tarea denodada de un argentino, el bioquímico Pablo Goldschmidt, esa cifra acaba de reducirse casi un 80%, según una evaluación realizada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Ministerio de Salud del lugar.

"Los resultados de este proyecto de tratamientos de masas en situaciones de miseria extrema son inesperados -cuenta Goldschmidt, que reside desde hace 29 años en París y está de paso por Buenos Aires-. Los expertos de la OMS quedaron impresionados porque, con una sola visita a los pueblos, el tratamiento de todos los chicos y la educación a las mujeres y las nenas para mejorar la higiene, la prevalencia de infecciones que producen ceguera bajó casi 80%. Se esperaba un descenso del 15 al 25%."
El investigador argentino (que en nuestro país se recibió también de bioquímico y psicólogo entre los 21 y los 24 años) trabaja en el Centre National des Quinze-Vingts, el hospital nacional de oftalmología de la capital francesa . Allí recibió el pedido de ayuda de las autoridades de Kolofata, un lugar en el que no existen ni electricidad ni cloacas ni agua corriente.

Hacía falta alguien que organizara la campaña de detección de tracoma y consiguiera el dinero para los tratamientos, los camiones, las motos y los enfermeros. Goldschmidt lo hizo, pero además desarrolló una formulación en gotas del medicamento empleado (la azitromicina), que evitó su desvío a los burdeles (donde se lo utiliza para tratar enfermedades venéreas, como la gonorrea y la sífilis). Esta nueva presentación, asimismo, resultó mucho más económica que la tradicional, en pastillas: 90 centavos la dosis frente a cuatro dólares.
La tarea, por supuesto, no fue fácil. Tuvo que volar hasta Chad y atravesar campos minados para llegar a Kolofata, donde comandó un pequeño "ejército" de 250 agentes comunitarios que colocaban las gotas a todos los integrantes de la familia, puerta a puerta, desde el amanecer hasta el anochecer.

"Construir y mantener letrinas; darles jabón a las mamás y enseñarles a usarlo para que laven las manos y las caritas de los chicos una vez por día, porque la gente que tiene tracoma no sabe lo que es el jabón. Sólo con esto, el tracoma ya disminuye a la mitad. Y si baja el tracoma, también disminuyen la polio y la lepra... Pero a nadie parece importarle...", aseguró Goldschmidt.



La única reflexión que puedo hacer con respecto a este tema es que es una lastima que muy poca gente se entere del gran ejemplo argentino que exportamos. Personalmente a Pablo Goldschmidt lo conocí a través de una nota en la sección "Ciencia y Salud" de un renombrado diario. Debería haber estado publicado en millones de lugares para dar a conocer a esta persona.

Vivimos criticando a nuestro país y diciendo que los argentinos somos vagos y chantas y que lo único que nos importa es la plata. Probablemente este hombre haya dejado mucho aquí en la Argentina y se haya sacrificado mucho trabajando y estudiando a cambio de poco (a comparación de lo que tendría que recibir). Calculo que su mayor satisfacción es poder ayudar y recibir la gratificación de hacer algo por el otro. ¡Felicitaciones a todas aquellas personas que sacrifican día a día cuestiones personales por brindar su servicio a los demás!

2 comentarios:

adolfo dijo...

la gente que realmente hace permanece en al anonimato, tal vez la difusion masiva con su servilismo mercantil lo que genere en personas como este hombre es conatminar su cruzada, empaparla de ese cholulismo vacio que acompaña nuestra cultura. es gratificante saber que hay gente que se juega y tan gratificante como eso es saber que desde un lugar pequeño hay gente que difunde esas labores sin manipular ni contaminar la nobleza de las mismas.

Geminiano dijo...

Me gusto mucho la nota. Muestra algo que no se ve todos los dias. Dar si medir lo que uno puede llegar a recibir es valorable. No puedo dejar de apreciar, cierta efervescencia en cuanto a dar a entender, como somos los argentinos, lo cual abriria otro debate, que en mi opinion no viene al caso en cuanto a este tema desarrollado lineas mas arriba